Honor muestra un concepto muy ambicioso: un “robot phone” con cámara robótica desplegable. La marca lo presenta al final de su evento de lanzamiento del Magic 8, como un adelanto de lo que vendrá y para asegurarse de que hablemos de ello. Lo que ha presentado Honor no es un dispositivo comercial aún; es una demostración de visión tecnológica. Pero ya marca un rumbo hacia smartphones con alma robótica.
Un brazo robótico en lugar de módulo de cámara
El elemento central del Robot Phone es la cámara que se extiende como un brazo mecánico desde el cuerpo del teléfono. En el video teaser, ese brazo se despliega al presionar un botón, gira, apunta y capta imágenes desde ángulos insospechados.
La cámara principal no queda fija en la carcasa. Se despliega, se mueve, como si tuviera vida propia. Puede funcionar como gimbal, estabilizando vídeos de forma más sofisticada que los sistemas convencionales.
Además, Honor sugiere que ese brazo podría reaccionar al entorno. En las imágenes promocionales aparece “riendo” de manera caricaturesca, como si el aparato tuviera emociones digitales.
Según medios especializados, este sistema podría permitir funciones poco vistas: captar estrellas con seguimiento automático, grabar mientras el móvil está guardado o replicar movimientos para capturar momentos dinámicos sin intervención manual.
Más que cámara: parte de una estrategia mayor
Este teléfono conceptual forma parte del “Alpha Plan” de Honor. Es una apuesta para transformar la marca desde fabricante de hardware a empresa de dispositivos de inteligencia artificial.
Honor ya anunció que planea invertir 10.000 millones de dólares en AI durante los próximos cinco años. Ese presupuesto busca respaldar su transformación: no solo móviles, sino un ecosistema que combine sensores, robótica e inteligencia artificial.
También hay una lógica financiera detrás. Honor se prepara para una oferta pública inicial en 2026, y su narrativa de empresa de AI fortalece su posicionamiento ante los inversores.
Este robot phone no aparece aisladamente: surge junto con los nuevos lanzamientos Magic 8, que ya integran mejoras notables en cámaras y capacidades de inteligencia artificial.
Qué sabemos hasta ahora — y qué no
Lo que sabemos:
- El Robot Phone aún es un concepto, no hay confirmación de que llegue al mercado.
- Honor promete revelar más detalles en el Mobile World Congress de 2026, en Barcelona.
- El brazo mecánico se origina desde un módulo en la parte superior del teléfono y puede ocultarse dentro del cuerpo del dispositivo cuando no está activo.
Lo que no sabemos:
- Costes, peso o dimensiones prácticas del dispositivo desplegado.
- Qué tan duradero será ese sistema mecánico frente al uso cotidiano.
- Tipo de sensores que usará, cuántos megapíxeles, ópticas o estabilización tendrá.
- Software que controlará los movimientos del brazo, si será autónomo o semiautónomo.
- Fecha definitiva de lanzamiento, mercados destino o precio estimado.
Un salto tecnológico, con riesgos
Integrar un brazo robótico en un móvil supone enormes desafíos de ingeniería. El diseño debe resistir polvo, golpes y desgaste mecánico. Sostener estabilidad, consumo energético y vida útil es todo un reto.
Aun así, este tipo de innovación puede abrir caminos: darle nueva utilidad a la cámara principal, reemplazar cámaras frontales clásicas y capturar tomas desde posiciones imposibles. Podría acercar el mundo de los móviles a cámaras de acción o sistemas autónomos de fotografía.
Este tipo de movimiento ya ha sido explorado por otras marcas: vimos cámaras traseras que giran para selfies o dispositivos híbridos entre teléfono y cámara. Pero rara vez llega al nivel de que el lente actúe como brazo robótico.
El interés de Honor por combinar hardware con inteligencia artificial y robótica encaja con su ambición de redefinirse como empresa de dispositivos inteligentes. Si puede convertir eso en productos sólidos, podría marcar diferencias reales frente a sus competidores.
Cuando el teléfono empieza a moverse solo
Honor acaba de sembrar una idea audaz con su Robot Phone. Todavía hay más interrogantes que respuestas, pero la apuesta es clara: no solo mejorar los móviles, sino transformarlos en máquinas semivivas, que actúan, sienten y responden.
Si llega a materializarse con éxito, ese brazo robótico podría redefinir la fotografía móvil. Si no, al menos servirá para estimular la competencia. En cualquier caso, nos obliga a repensar qué puede hacer un teléfono cuando ya no está limitado a un módulo fijo.
Queda la esperanza de verlo en persona en el MWC 2026. Hasta entonces, este concepto se convierte en uno de los más audaces en el cruce entre smartphone y robótica.










